Por Pablo Sanguinetti (dpa) Berlín, 22 may (dpa) - Un emocionado Josep Guardiola puso el sábado el broche final a sus tres años con el Bayern Múnich conquistando una nueva Copa Alemana y un nuevo doblete gracias a la victoria por penales en una final dramática ante el Borussia Dortmund. Tras el empate sin goles en tiempo reglamentario, Douglas Costa convirtió el penal definitivo para hacer el 4-3 y regalar al técnico español su séptimo título en tres años al frente del Bayern. Guardiola estalló en lágrimas y se tapó la cara con las manos. "Fue un honor enorme estar aquí. No sólo en el Bayern, sino en Alemania", contó el técnico en su última rueda de prensa en alemán. "Fue una decisión correcta venir. Le deseo lo mejor al Bayern los próximos años. Con estos jugadores, están en buenas manos". El técnico respondió también el motivo de su catarsis en la celebración del título. "Los últimos meses no fueron fáciles", explicó. "Lo que la gente decía antes de que me fuera al Manchester fue muy diferente de lo que dijeron después de mi decisión". Guardiola admitió la decepción que le produjeron las críticas tras el anuncio de su salida y el espíritu con el que debió afrontarlas. "La gente puede hablar, pero hay que concentrarse en el próximo partido, siempre el próximo partido..." Más directo, Thomas Müller resumió en pocas palabras lo ocurrido con Guardiola en la noche de Berlín: "Antes estaba haciendo su trabajo. Ahora pudo ser un ser humano". También el resto del plantel pareció consciente de esa presión liberada por Guardiola y el capitán Philipp Lahm tuvo un detalle inusual al permitir que fuese el técnico quien levantara primero la Copa en la celebración oficial. El último partido del español contó con todos los ingredientes para escribir un drama extremo e inolvidable: un choque equilibrado entre los dos mejores equipos de Alemania, un ambiente encendido por 75.000 hinchas en el imponente estadio Olímpico de Berlín y una definición agónica por penales tras 120 minutos sin goles. El partido se planteó como una frenética disputa táctica por el centro del campo y como un pulso entre el esquema de Guardiola y el de Thomas Tuchel, su rival y admirador declarado. Tras un primer tiempo muy táctico, el segundo ofreció un vertiginoso ida y vuelta en las áreas, pero el duelo acabó sin goles en tiempo reglamentario y en la prórroga, como había pasado en el último Bayern-Dortmund en Liga. Con los nervios desbordados y el físico vencido, Neuer atajó el disparo de Bender y Sokratis lanzó al palo, con lo que el Bayern sacó dos tantos de ventaja. Bürki contuvo el tiro de Kimmich, pero Costa convirtió su penal y dio al Bayern su título de Copa número 18. Guardiola cerró así sus tres años en el Bayern con siete títulos: las tres Bundesligas que jugó, dos Copas, un Mundial de Clubes y una Supercopa Europea. En el otro lado del balance quedó la gran frustración de haber tropezado en semifinales en las tres Ligas de Campeones que disputó. "Mi balance es muy bueno, no sólo por los títulos, sino por mi vida en Alemania. La Bundesliga es un gran torneo, los estadios están siempre llenos, los hinchas se respetan, los árbitros, todo es muy bueno", elogió. La cara opuesta fue la de Tuchel, que se quedó sin ganar su primer título con el Dortmund y sin coronar una gran temporada que convirtió a su equipo en el mejor segundo en la historia de la Bundesliga "Hay mucho para aprender", comentó el técnico. "Necesitamos más seguridad, más convicción, más confianza. Hay mucho por mejorar".
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