Descansa en paz, pequeño Joe

Por AIPS América

9 de octubre de 2011

La noticia de la muerte del ex campeón mundial de peso completo, el norteamericano Joe Frazier, producida el pasado 7 de noviembre, a raiz de un cáncer de hígado a los 67 años de edad, me remontó a mis primeros años dentro de este deporte, cuando se iniciaban dentro de mí, diferentes sensaciones, que luego con los años serían determinantes para abrazar esta disciplina varonil.

Por Santi Alvarez – salvarez@abc.com.py

Llegué a Buenos Aires desde Asunción, allá por finales del año 1969 y solo por los diarios seguía el boxeo, cuando La Tribuna, periódico ya desaparecido en el Paraguay, se había hecho eco de la negativa de Cassius Marcelus Clay (ya con el nombre de Muhammad Ali, desde 1964 aproximadamente, cuando se volvó al islamismo), había sido desposeido de su licencia de boxeador profesional por haberse negado a ir a combatir a Vietman.

La Comisión del Estado de Nueva York, para cubrir la vacante dejada por Alí, realizó un a eliminatoria y ahí Joe Frazier se consagró campeón tras vencer por nocáut a Jimmy Ellis, un boxeador con estilo similar de quien fue su sparring, Alí.

Alí recuperó su licencia para combatir, en 1970, luego de vencer a Jerry Quarry y Oscar Bonavena de Argentina, y el mundo del boxeo esperó con mucha espectativa el combate ante Frazier. Corría el año 1971 y recuerdo que los bares de la calle Corrientes se llenaron de gente para observar ese enfrentamiento, a través de la tevisión, en blanco y negro.

Debo ser sincero, yo tenía 17 años y aposté por Frazier 50 pesos con mi hermano Pepe, porque no podía perdonar a Alí, el hecho de haberle ganado a mi primer ídolo del boxeo, Oscar Ringo Bonavena. Mis análisis, por ese entonces mezclados con el deseo, eran cegados por la sed de venganza; quería que destrozaran a Ali.

Y así sucedió, ganó Frazier por puntos luego de derribar a Ali (Frazier no fue el primero en derribar a Alí, quien ya había caido ante el británico Henry Cooper en Londres en 1966, en un cruce similar -de izquierda-, por esa ventaja que daba Alí, de bajar peligrosamente su mano derecha). Mi venganza se había consumado, pero me quedó aquella imagen de un boxeador fuerte, castigando permanentemente a los planos bajos y cruzando sus golpe casi saltando, teniendo en cuenta su escasa estatura para los pesos pesados (Joe media, 1,82).

En aquellos años, el boxeo era totalmente diferente, no habían tantas organizaciones y para llegar a la cúspide había que ser bueno de verdad y Frazier lo era. Ya había mostrado su nivel en los Juegos Olimpicos de Tokio, donde ganó la medalla de oro. Frazier y Alí no solo se enfrentaron dentro del ring, sino fuera de el. Alí llamaba a Joe, Gorila y Joe, Tío Tom a Ali. Donde se encontraban había enfrentamientos mediáticos y en el cuadrilatero sus peleas eran tremendas, sumadas a sus estilos totalmente diferentes; mientras Alí boxeaba y contragolpeaba, Joe no sabía de retrocesos, iba al frente a matar o morir, lo que le significó 3 fuera de combate en su carrera (2 ante Foreman y 1 ante Ali).

Haber vivido aquella época de los pesos pesados fue un privilegio, donde Alí, Frazier, Chuvalo, Ellis, Bonavena y tantos peleadores de raza daban hasta la última gota de sudor por el triunfo. No pululaban organizaciones, nosotros mismos, aficionados y poco conocedores teníamos nuestro propio ránking mundial y nuestros campeones, no nos vendían fantasias como ahora. Repasando los campeones pesados de ahora y poniendo al peor Joe Frazier en el ring, este los hubiera pulverizado.

Se fue un peleador como pocos, que protagonizó tres peleas con Muhammad Alí, que jamás serán superadas. Se fue una época brillante del boxeo, un peleador insuperable, que fue imitado pero nunca igualado. Alguna vez un entrenador me dijo que en el boxeo no gana quien más pega sino quien más aguanta y Joe aguantaba todo y pegaba, superando los enormes inconvenientes de alcance que tenía por su escasa estatura para la división.

Nos dejó alguien que marcó la historia de los pesos pesados y que hizo más grande aun a Alí, con las batallas que protagonizaron. Á mi me dejó un gran recuerdo, de unos años que recuerdo con mucha melancolía. Retrocedí en el tiempo mentalmente y recordé mis primeros pasos en el boxeo, donde Joe Frazier indudablemente fue uno de sus principales protagonistas.

Descansa en paz, pequeño guerrero.

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