El certamen Preolímpico de básquetbol masculino de mayores reúne a nada menos que 15 jugadores que militan en la mejor liga del mundo, la National Basketball Association (NBA) de los Estados Unidos de Norteamérica. Las representaciones pelean por dos cupos para los Juegos Olímpicos que tendrán lugar en Londres, el año venidero, en un certamen de gran brillo.
Es digna de destacar la gran organización de rodea a un torneo de esta envergadura, donde la Federación Argentina de Basquetbol ha ofrecido pagar nada menos que US$ 4.500.000, para tener la sede en la bella, pero fría Mar del Plata.
Igualando con Brasil en el monto que se debía pagar a FIBA Américas como canon, Argentina ganó la pulseada al ofrecer 2 pasajes mas por cada delegación. Anécdota para dimensionar la gran importancia que tiene este tipo de eventos, donde en esta ocasión participan, además de los anfitriones: Canadá, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Panamá, Venezuela, Paraguay, Brasil y Uruguay.
Infraestructura y servicios. Los mas mínimos detalles fueron previstos por una organización formidable. El bien armado y cuidado polideportivo “Islas Malvinas” para unas 8.500 personas, el transporte, ni qué decir el hospedaje de las delegaciones en el emblemático y recuperado Hotel Provincial, una estampa de Mar del Plata. Amén de esto, el show que acompaña cada receso con entretenimientos muy interesantes. La vigilancia no queda atrás, con gran cantidad de guardias en todas las bocas de acceso, apoyados por la policía local.
El aspecto periodístico. Periodistas especializados de diversas latitudes, especialmente de los países participantes del Preolímpico, están presentes en el certamen. Bien armadas salas de prensa y conferencias, con terminales y el hoy indispensable wi-fi, facilitan a los colegas las tareas, además de las fotografías de excelente calidad proporcionadas por los profesionales de FIBA.
En materia deportiva. Argentina armada con todo su poderío, es la gran favorita. Con el ya mítico Emanuel Ginóbili – con tres anillos de NBA con San Antonio Spurs– encabeza la bien llamada Generación Dorada albiceleste, seguido por Luis Scola, quien está demostrando ser uno de los mejores del torneo. Otros emblemas como Carlos Delfino, Andrés Nocioni y el lesionado Fabricio Oberto. Brasil está a la altura de los anfitriones y quizá un peldaño mas abajo Puerto Rico, que se consolida cada año y República Dominicana, que es una de las gratas revelaciones, que avanza a pasos agigantados.
Canadá y Venezuela han demostrado que van en ascenso, cerrando el lote de clasificados Panamá y Uruguay un poco mas atrás que el resto. Cuba y Paraguay, todavía tienen un largo camino que recorrer, razón por la cual ya emprendieron el viaje de retorno a sus hogares.
La participación paraguaya. No podía dejar de hacer un punto aparte para la novel representación paraguaya, que ha participado por primera vez en un certamen de esta dimensión. Consiguió pasaje por la vacancia dejada por EE.UU., los actuales campeones olímpicos.
Haciendo una analogía con una nave espacial, se podría decir que el básquetbol paraguayo se encuentra en la plataforma de despegue para emprender el viaje de superación. Le falta el combustible para despegar y el perfeccionamiento de los astronautas. Es decir, hacen falta recursos económicos para invertir en esta disciplina deportiva y que los jugadores caminen definitivamente hacia la profesionalización. Lo económico traerá por añadidura lo otro.
Cuando se invierta en escuelas de alta enseñanza, se capacite y actualice a nuestros entrenadores con materia foránea –el adiestrador de esta selección masculina fue el español Arturo Álvarez– ese viaje hacia las estrellas podrá ser una realidad.
Por Guillermo Caballero – gcaballero@abc.com.py
