Luciano do Valle. Nació el 4 de julio de 1947 en Campinas. Falleció el 19 de abril de 2014, en Uberlandia, a los 66 años. / Luciano do Valle. Nascimento: 4 de julho de 1947 em Campinas. Morte: 19 de abril de 2014 em Uberlandia (66 anos).

Río de Janeiro, Brasil, 20 de abril de 2014.- Luciano do Valle fue uno de los más grandes narradores deportivos del Brasil. Amaba su profesión. Era un emprendedor. Le gustaba crear, buscar novedades y sorprender. Lo hizo, por ejemplo, al sustituir un trabajo estable en la TV Globo, la mayor emisora ​​de Brasil, uno de los más grandes del mundo, para tomar el micrófono de TV Bandeirantes. Y fue allí, en Bandeirantes, que realizó el sueño de todo periodista deportivo: Los domingos , bajo su mando, la nueva casa fue el canal de los deportes. Allí él marcó las vidas de tantos colegas, abrió caminos, amplió horizontes.

Por Vicente Dattoli – vicentedattoli@hotmail.com

Versátil, quería acabar con el “monoculto” deportivo en Brasil. No se conformaba con el hecho de que un país del tamaño de Brasil sea solo el » país del fútbol». Apostó fuerte por el vóleibol . Y ganó. Brasil también se convirtió en el «país del vóleibol». Promovió, como si no fuera suficiente, el partido más importante de la historia del vóleibol, un enfrentamiento entre Rusia y Brasil en el Maracaná . Así es, el mayor templo del fútbol, recibió, un día, un partido de vóleibol. Y fue gracias a él , Luciano do Vólei, o mejor, do Valle.
Fue entrenador de fútbol, ​​cuando se decidió a crear una selección de los Maestros que enamoraba a Brasil con estadios llenos donde se presentase. Y él, Luciano, condujo ese juego con total seriedad. Y se divertía. Como siempre lo hacíaa cuando narró partidos de fútbol, ​​baloncesto, vóleibol, billar… Y cuando decidió apostar por Adilson Rodrigues “Maguila” en el boxeo. O cuando trajo la Indy a Brasil, confirmando que la velocidad corre por las venas de los brasileños. Luciano era todo eso. Y mucho más.

Según su viuda, este sábado, cuando se embarcaba a Uberlandia (MG), para narrar el encuentro entre el Atlético Mineiro y Corinthians por el Campeonato Brasileño, por primera vez en su vida profesional dijo que no quería irse. Ella se sorprendió. Siempre vivió la profesión. La respuesta de la mujer fue que sólo iría a narrar el partido. Él habría respondido «tal vez». No lo hizo. Se sintió mal en el avión. Fue atendido a bordo, llevado al hospital, pero no pudo resistir.
Brasil perdió la voz de la emoción. Los llamados deportes olímpicos brasileños han perdido a un defensor. Las tardes de domingo, los partidos de fútbol, serán a partir de hoy menos apasionantes. Y qué ironía, irse antes de narrar la Copa del Mundo en su país. Hubiera sido su 11ª Copa. La más importante, sin duda. El mundial en su Brasil.

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PORTUGUÉS:

Luciano do Vôlei

Por Vicente Dattoli – vicentedattoli@hotmail.com

Río de Janeiro, Brasil, 20 de abril de 2014.- Luciano do Valle foi um dos principais narradores esportivos do Brasil. Amava sua profissão. E era um empreendedor. Gostava de criar, de buscar novidades, de surpreender. Fez isso, por exemplo, ao trocar um estável emprego na TV Globo, a maior emissora do Brasil, uma das maiores do mundo, para assumir o microfone da TV Bandeirantes. E foi lá, na Bandeirantes, que realizou o sonho de todo jornalista esportivo: aos domingos, sob seu comando, a nova casa era o canal dos esportes. Ali ele marcou a vida de tantos colegas, abriu caminhos, ampliou horizontes.

Versátil, queria acabar com a monocultura esportiva no Brasil. Não se conformava com o fato de um país com o tamanho do Brasil ser apenas o «país do futebol». Apostou pesado no vôlei. E ganhou. Fez do Brasil também o «país do vôlei». Promoveu, como se não bastasse, o maior jogo de vôlei da história, um tira-teima entre Brasil e Rússia no Maracanã. Isso mesmo, o maior templo do futebol recebeu, um dia, uma partida de vôlei. E foi por causa dele, Luciano do Vôlei, ou melhor, do Valle.

Foi treinador de futebol, quando decidiu criar uma seleção de másters do Brasil que encantava os estádios (lotados) por onde se apresentava. E ele, Luciano, dirigia essa séria brincadeira. E se divertia. Como sempre fazia quando narrava os jogos de futebol, basquete, vôlei, sinuca… E quando decidiu apostar em Adilson Maguila Rodrigues no boxe? Ou quando trouxe a Fórmula Indy para o Brasil, provando que a velocidade corria mesmo nas veias dos brasileiros?

Luciano era tudo isso. E muito mais.

De acordo com sua viúva, pela primeira vez, neste sábado, quando embarcava para Uberlândia (MG), onde narraria a partida entre Atlético Mineiro e Corinthians, disse que não queria partir. Ela estranhou. Ele sempre vivia a profissão. A resposta da esposa foi que ele iria apenas narrar a partida. Ele teria respondido «pode ser». Não foi. Passou mal ainda no avião. Foi atendido a bordo, levado ao hospital, mas não resistiu.

O Brasil perdeu sua voz da emoção. Os chamados esportes olímpicos brasileiros perderam um incentivador. As tardes de domingo, as partidas de futebol, ficaram menos apaixonantes. E que covardia ele ir embora antes de narrar a Copa do Mundo no seu país. Seria sua 11ª Copa. A mais importante, sem dúvida. O Mundial no seu Brasil.