El periodismo deportivo de hoy (I): ¿un reinvento aún incompleto?

Por AIPS América

1 de marzo de 2024

El periodismo de hoy se enfrenta a los desafíos planteados por la tecnología, que ofrece unas herramientas que cambian su tradicional concepto unidireccional, para permitir la democratización de la información. A partir de un libro publicado por William Ricardo Zambrano, invitamos a unas reflexiones para saber si se ha logrado el tránsito adecuado en el periodismo deportivo.

Por Alberto Galvis Ramírez

Director de la Revista Olímpica y Presidente de la Academia Olímpica Colombiana

El periodismo deportivo, a través de los tiempos, se ha entendido como la facultad que tiene el hombre para conocer, interpretar e interrelacionarse, alrededor de una competencia, con el mundo que lo rodea. En tiempos pasados fue unidireccional, porque sus vectores eran estrictos (de emisor a receptor), con limitados formatos para escuchar a sus destinatarios, como las secciones de correspondencia o las voces esporádicas del público, o las normales presencias de actores de los hechos.

Los cambios tecnológicos de los últimos años obligaron a revelar el ingenio de los actores del periodismo, que ha posibilitado la creación de interacciones, según el evento y el medio que lo transmite. López (2005) añade que la interacción se presenta entre el usuario y el medio, a partir de los contenidos proporcionados por este y compartidos con otros.

Ese cambio moderno encontró un gran soporte en la libertad espiritual del viejo periodismo deportivo, que siempre ha sido considerado el más abierto y dispuesto a las innovaciones. Sánchez Franch (2017) afirma que, por este cambio, el público ha dejado de ser un ente pasivo; ahora participa, contrasta y produce información, lo que ha sido fundamental en el deporte. Los espectadores, con sus respaldos económicos y emocionales hacia un determinado equipo, selección o atleta, se constituyen en una pasión, que es complementada por los medios de comunicación.

El periodismo y los medios en general están sufriendo estas transformaciones estructurales. Por ello, es necesario que los periodistas deportivos se adapten a dichos cambios y se replanteen y reinventen según su público, más aun considerando que los medios están buscando monetizar su trabajo, para retribuirles a sus consumidores y ofrecerles contenidos de valor y de calidad.

En ese sentido, el público exige con mayor frecuencia información veraz y especializada, con investigación, contraste y validación de fuentes. Cada día, los receptores quieren un material más preciso y concreto. Es por eso que hoy se reafirma la vigencia del periodismo especializado, como el político, judicial o deportivo, aunque con mayores exigencias.

El periodismo deportivo es una modalidad en la que tanto medios como deporte tienen una conexión con los aficionados y las audiencias, gracias a la innovación de estilos y al uso de un lenguaje distinto. Este debe ser cada día más copioso, calificado, creativo y respetuoso, para narrar los hechos deportivos. Para López (2017), un individuo es tanto más especialista, cuanto más ha reducido y ha profundizado su campo de acción, porque integra el máximo volumen de conocimientos, en una idea ordenadora.

El periodismo deportivo es uno de los sub campos periodísticos más dependientes del público. Su crecimiento es proporcional a la cantidad de aficionados a un deporte. Su relación es recíproca, ya que uno atiende a las exigencias del otro. Méndez (2015, p. 67) afirma que el periodismo “se ha convertido en el vínculo del progreso común entre medios y deporte, es la red que los ata, los acerca a las audiencias y sostiene un espectáculo económico, social y cultural en evolución constante”.

Márquez y Rojas (2017, p. 29) añaden que el periodismo deportivo es “una actividad altamente rentable, que se encuentra entre los márgenes del infoentretenimiento de la sociedad. Por eso es la especialización que informa sobre el deporte a través de narrativas contadas en múltiples formatos y estilos”. Todo ello, porque existe una interconexión muy próxima entre periodismo, deporte y consumidores. Según Nadría (2007), el usuario es quien les da vida a los medios de comunicación, quien origina los contenidos, los modifica y los hace importantes; es el rey. Pero ese rey necesita en su corte a cancilleres (periodistas) que le pongan el sello supremo que lo conduzca a la verdad, representada en los buenos mensajes.

Los medios han ocupado un lugar importante en el diario vivir de las personas, que recurren a ellos frecuentemente para informarse y entretenerse. La prensa, la radio y la televisión son canales de producción y difusión de ideologías, imaginarios y realidades, que permiten empoderar una identidad colectiva, el fortalecimiento del individuo, su rol en la sociedad y el sentir de su nación.

Estos medios masivos nacieron como una necesidad de información y han servido para tener un acercamiento imaginario con el otro, que busca acortar distancias y conocer su realidad. Ramonet (2003) explica que, con los medios, se ha conformado el triángulo acontecimiento-mediador-ciudadano, en el que el acontecimiento era relatado por el mediador, quien lo filtra, analiza y lo hace repercutir en el ciudadano.

Para Eco (1998, p. 23) los medios de comunicación “necesitan tener credibilidad ante la audiencia para obtener resultados. Para ello, se basa en contextos como mundos reales y mundos de referencia”. El primero, el real, es en esencia el mundo cotidiano, en el que suceden los hechos que son contados por los periodistas. El segundo, el de referencia, es el contexto que se encuadra en la realidad de los eventos narrados por los medios de comunicación, para contextualizar sus historias. Por eso, entre periodismo, deporte, medios de comunicación y sociedad existe una relación íntima, que se puede explicar a partir del hecho de que el periodismo deportivo pertenece a las ciencias sociales y su función es transmitir los sucesos que ocurren en la sociedad.

Precisamente, el periodista deportivo es el puente entre el medio de comunicación, el público y las figuras del deporte, sea que se escriba en prensa, revistas especializadas, Internet o que se comente o se informe en radio o televisión. Una muestra de ello es la duración de los espacios de deportes en los diferentes medios, las secciones y los programas específicos. Estos dan cuenta de que el deporte genera contenidos que la sociedad está interesada en recibir, siempre y cuando sean de calidad.

Es así que el periodismo deportivo vive múltiples renovaciones, que traen como consecuencia la hibridación entre información y espectáculo. Esa mezcla ha dejado como resultado el exiguo trabajo del periodista y la poca credibilidad por parte de la audiencia. Este nuevo paradigma ha impactado al periodismo deportivo colombiano, que se debate entre tradicionales modelos periodísticos análogos y las nuevas plataformas digitales, en un afán por buscar otras audiencias y alta rentabilidad.

Es por estos motivos que el periodismo deportivo en Colombia está atravesando un momento crítico, sumado a la falta de investigación, de trabajo de campo y de profesionalismo. Un análisis realizado por la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos (Acord), indica que el periodismo deportivo nacional carece de especialización, objetividad y análisis. Además, peca por exceso de sensacionalismo y poco dominio de terminología específica.

La Acord (2018) analizó la actualidad del periodismo deportivo, de acuerdo con los resultados del muestreo realizado a los diferentes protagonistas del deporte: empresarios, empleadores y directivas de organismos deportivos. De ahí concluyó que en Colombia existen en promedio 1.900 periodistas deportivos, de los cuales el 59 por ciento está dedicado a la radio; 31 por ciento, a la prensa; 11 por ciento, a la televisión, y el restante nueve por ciento, a los medios digitales. Destaca que el 33 por ciento de los redactores deportivos trabaja para dos medios de manera simultánea.

Por esto, la generación de información diferencial instantánea, multiformato y multi- plataforma de calidad, completa y confiable requiere de un periodista imparcial, justo y profesional. Con ello se busca garantizar la credibilidad, como máximo valor del oficio periodístico y así cumplir con su objetivo social. Estos desafíos complejos, tanto en el pasado como hoy, se han presentado para todos los protagonistas del deporte, dada la infinidad de ofertas disponibles y canales deportivos abiertos y otros por suscripción. En ese sentido, esos retos implican ejercer la profesión en un mercado altamente competido, tanto de medios de información, como de plataformas digitales interactivas.

William Ricardo Zambrano.

En atención a estas realidades y paradigmas del periodismo deportivo, el doctor, comunicador y periodista William Ricardo Zambrano Ayala (foto), de reconocida trayectoria en la profesión, en el ámbito deportivo y en la academia, se preocupó por analizar la radio, la prensa y la televisión deportiva colombiana, en su transformación de análogo a digital, con el fin de configurar las nuevas competencias del periodista deportivo.

Para desarrollar este propósito, Zambrano trazó tres objetivos específicos: primero, estudiar la transformación de la radio deportiva colombiana; segundo, analizar los cuatro diarios deportivos digitales nacionales de mayor consulta en el país; tercero, explorar los contenidos de las secciones deportivas en sus emisiones análogas y su publicación en sus respectivas páginas web, de cuatro telenoticieros nacionales.

La investigación a la que respondió a dichos objetivos se desarrolla en el libro El periodismo deportivo en la convergencia digital, publicado recientemente por la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior, en el cual el autor hace que sus propuestas teóricas sean fuertemente documentadas con datos fidedignos y prácticos, gracias a su experiencia ininterrumpida durante más de 46 años en los medios informativos, en la academia y en la investigación, como se presentan en este libro. 

Zambrano dibuja un campo de estudio complejo, que aborda los múltiples paradigmas de este fenómeno de cambio mediático y profesional.

De igual forma, el investigador se vale del método científico, de la planeación detallada, del rigor conceptual y de la profundidad del análisis. Además, compendia las competencias que debe asumir el periodista deportivo en su formación profesional y académica, principalmente sus habilidades básicas, específicas y disciplinares. La invitación radica en repensar y retomar el papel del periodismo deportivo como informador, educador y orientador de una afición fanática y frenética, que en muchos ámbitos desconoce la complejidad del entorno que rodea la actividad deportiva contemporánea y reduce su participación al espectáculo del desenfreno, producto de la sola emotividad.

La publicación, producto de una mente inteligente, disciplinada y abierta a los cambios, como la de Zambrano, se destaca por la originalidad de sus apuestas a nuevas metodologías y saberes. Con la combinación de diferentes lenguajes y soportes, busca impactos más integrales en la circulación y apropiación del conocimiento. Igualmente, considera que aún se mantiene un modelo deportivo influenciado por intereses ideológicos, económicos y políticos, que incluye a diversos actores, como el Estado, la sociedad, los deportistas, los espectadores, los medios de comunicación, la empresa, la academia y los periodistas.

De igual forma, dentro de los hallazgos se destaca que los medios de comunicación especializados en deporte están sumando y migrando sus mismos contenidos análogos a la red. Empero, han desmejorado su calidad, profundidad de la información y análisis de los hechos. Esto ha traído como consecuencia mucha ligereza frente al debido rigor periodístico y la copia de modelos de otros países, con lo que se reducen la categoría, la originalidad, la creatividad y la admiración que los caracterizaba.

Otro hallazgo de esta investigación es que el periodismo deportivo no distingue lo significativo de lo irrelevante y no cumple con ciertos estándares de calidad e indicadores periodísticos, especialmente en la variedad de temas, contrastación de fuentes y nuevos estilos, formatos y producción. Su contenido es superficial y repetido, su diseño web es esquemático y sus audiencias poco interactúan con el medio.

Además, muchos medios deportivos, bajo la disculpa que hoy la gente en Internet sólo consume textos cortos, han desterrado los grandes y extensos contenidos, que brindan una mayor información y un superior conocimiento. En su lugar ofrecen materiales superfluos y hasta mal escritos, resultados de la pereza mental y de la pérdida del gusto por la lectura, que padecen muchos periodistas de hoy.

En este último aspecto se diferencia la presente investigación de otras que generalmente se han centrado en el paso de un actuar incierto, casual o asistemático. Aquí se busca examinar las nuevas competencias del periodista que enfrentará los retos de la globalización del deporte competitivo y los nuevos paradigmas de los medios de comunicación del siglo XXI. Este será el impacto de este análisis; no existe una investigación equivalente, salvo pequeños estudios que abordan de manera general la formación del periodista deportivo.

Considero que esta será, una nueva bitácora para el ejercicio del buen periodismo, es decir, aquel que combina las obligaciones naturales de los periodistas, con los maravillosos recursos tecnológicos del presente.

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