Ghana se apoderó del tercer lugar en el Mundial FIFA Sub 17 de fútbol femenino que concluye este sábado en Baku, Azerbaiyán, al derrotar 1-0 a Alemania, en el primer juego de la doble programación que cierra la competencia. Dos equipos parejos los que se enfrentaron por el tercer y cuarto lugares de la competición más importante del fútbol femenino sub 17.
Por Alejandro Munevar – alejomunevar@gmail.com (Programa Jóvenes Reporteros de AIPS)
En un partido que estuvo azotado por el frio y los fuertes vientos de Bakú las ghanesas, con una jugadora menos, no dieron el brazo a torcer y se fueron adelante en el marcador demostrando superioridad durante todo el partido. A pesar de no manejar el balón encontraron el gol (38′ Piscilla Okyere) y eso las hizo manejar el juego no físicamente pero si mentalmente ya que las alemanas no pudieron controlar la presión, obligándolas a cometer errores en los pases y sobre todo a desesperarse por no encontrar salida a un juego que las africanas dominaron con un jugador menos.
La presión dejó ver las debilidades de las alemanas en defensa y ataque y hace pensar en el nivel anímico de los jugadores y en qué tanto les afectó el haber perdido contra Corea en la fecha anterior.
En un partido bastante cortado por las faltas cometidas por el equipo de Ghana se evidencio lo importante que puede ser la parte mental en los jugadores de fútbol, además del hecho de que las jugadoras cuenten con alguien que las entienda y las apoye como fue el caso de Alemania en donde la técnica estuvo muy pendiente de sus jugadoras en todo momento, distinto a lo que sucedió en Ghana en donde como es habitual el técnico siempre mostró una faceta ruda y sin sentimientos ni siquiera cuando vio que una de sus jugadoras salía llorando del campo, distinto a lo que se vio por parte del cuerpo médico que se vio preocupado y atento cuando tuvieron que sacar en camilla a sus jugadoras.
Ghana empezó a quemar tiempo desde muy temprano apenas a los 68 minutos cuando sus jugadoras empezaron a fingir una serie de calambres justo cuando las alemanas empezaban a llegar directamente al campamento ghanés.
Entrega y corazón fue lo que dejo el equipo alemán en el campo que a pesar de que intentó no logró concretar ninguna de las opciones de gol que generó, se consumía el tiempo y las cara de angustia aparecían en las caras de las alemanas reflejadas en tristeza, las jugadoras que volteaban a ver a su técnico notaban su desesperación en la línea gritando cada vez que tenían el balón y sentándose cada que lo perdían.
Así termino el partido con Ghana a la cabeza y las alemanas llorando su derrota al no poder enfrentar a un equipo que sobre el papel y sobre el césped fue más fuerte.
