Los Juegos Olímpicos 2012 se acaban. Si bien en el balance lo positivo supera ampliamente a lo negativo, existen algunos aspectos que influyeron para que no se llegase al nivel de excelencia, como se esperaba.
Por Víctor Miranda – vmiranda@abc.com.py
Al periodista se le otorga su credencial y una tarjeta para transporte gratuito dentro de Londres, ya sea en tren o en bus. Con eso, se ahorró y mucho, por lo que el recorrido del centro de Londres hasta Stratford era gratuito, salvo en horarios inadecuados y en lugares distantes, como Eton Dorney, donde se hizo la competencia de remo.
Hasta ahí, bien. En el hermoso centro internacional de prensa, se debía abonar como mínimo, 80 libras para la conexión a Internet, vía cable. Si uno necesitaba una conexión con una velocidad superior, tenía que abonar más. Un grave inconveniente para la gente de prensa, porque no todos los medios o individuos tienen la solvencia necesaria, algunos llegan con lo justo.
La opción que se tenía evitando pagar este arancel era comprando un módem de una empresa de telefonía, por 30 o 35 libras. Pero ocurre que en el momento necesario, el dispositivo «extraño» era bloqueado en el área de influencia de la sala de prensa, por lo que en medio de la desesperación para remitir los despachos, no había otra que recurrir al proveedor oficial.
Pero eso no es todo. El control de acceso fue similar al utilizado en los aeropuertos, por lo que uno no podía introducir ni una botellita de agua adquirida de un supermercado, a un precio razonable. Requisaban todo, para que se debiera adquirir lo necesario adentro, a un precio sustancialmente mayor. Detalles que dañaron la imagen de la organización, desde la perspectiva de un periodista.
En lo demás, muy bien. Transporte interno en el Parque Olímpico, con ómnibus nuevos, con la tradición inglesa de dos niveles, con aire acondicionado, fantástico. Voluntarios que ayudaban en la orientación, gente amable y correcta, siendo respetado cada horario establecido.
De las sedes, el nivel de competencia, la inauguración, ni hablar. Todo impecable, lástima el trato a la prensa, porque gracias a la misma, el evento tiene el lucimiento hacia afuera
En esta página (www.aips-america.com), mucho antes se advirtió que no todo iba a ser “color de rosas”. No se pueden cobrar Internet a la prensa. Existían miles de maneras para recuperar lo invertido, si es que ese realmente era el objetivo.