Por Jens Marx (dpa)
Sakhir (Bahréin), 5 abr (dpa) – El alemán Nico Rosberg está viviendo el mejor momento de su carrera en la Fórmula 1. Ríe, bromea, habla de sensaciones perfectas y asegura que el ambiente del equipo nunca fue tan bueno como ahora.
Rosberg ganó las dos primeras carreras del año y es líder destacado de la clasificación, pero no quiso ni oír hablar en Bahréin de la posibilidad de ganar el título mundial y puso freno a la euforia dando mucho crédito a sus dos principales rivales: el británico Lewis Hamilton y el alemán Sebastian Vettel.
«Lewis volverá, seguro», dijo Rosberg sobre su compañero en la escudería Mercedes, Hamilton, ganador de los dos últimos títulos.
El británico, favorito de nuevo en 2016, fue tercero en Bahréin tras un choque en la salida, mientras que el Ferrari de Vettel, el único que parece capaz de rivalizar con los Mercedes, rompió el motor en la vuelta de calentamiento.
«Aún no han demostrado de lo que son capaces. Todavía no hemos visto al verdadero Ferrari, tenemos que tener cuidado», advirtió Rosberg en el circuito de Sakhir, donde celebró su quinto triunfo consecutivo contando los tres últimos de 2015.
El sexto podría venir dentro de dos semanas en Shanghai, una ciudad muy especial para Rosberg, pues fue ahí donde ganó el primero de sus
16 Grandes Premios.
«Normalmente, nuestro coche se comporta muy bien en China», aseguró Rosberg con la vista puesta en la próxima carrera, a la que llegará con 17 puntos de ventaja respecto a Hamilton.
El británico, sin embargo, resta importancia al gran momento de Rosberg. ¿Cinco triunfos seguidos? «Son dos los que cuentan, los de esta temporada», respondió Hamilton.
Y es que las tres victorias de Rosberg a finales de 2015 se produjeron con el título ya en manos de su compañero en Mercedes.
Sólo hay cinco otros pilotos que hayan ganado cinco o más carreras consecutivas a lo largo de la historia. «Y todos ellos fueron campeones del mundo», recordó el lunes el diario «L’Equipe».
Como Hamilton en 2014. Pero la situación para el triple campeón del mundo es diferente ahora, pues no gana un Gran Premio desde hace casi seis meses y tiene como rivales a un Rosberg crecido y a un Vettel con un Ferrari cada vez más potente.
«Su próxima victoria debería ser un enorme alivio para él, como una trasfusión de sangre», describió también el lunes el diario «The Guardian».
Hamilton está, no obstante, tranquilo. Y cuando le preguntaron por los juegos psicológicos que le esperan en 2016 con Rosberg, habló del legendario boxeador Mohamed Ali, uno de sus ídolos.
En la famosa pelea «Rumble in the Jungle» contra George Foreman todos pensaban que Foreman iba a ganar, pero ocurrió lo contrario, recordó Hamilton.
