Por Georg Ismar (dpa)
Sao Paulo, 23 mar (dpa) – Pese a sus 41 años y a que tiene previsto retirarse a fines de 2016, el brasileño Zé Roberto se siente más joven que nunca. Incluso, asegura que podría volver a jugar «sin ningún problema» en la Bundesliga alemana si así lo quisiera.
«No tengo vicios. No tomo bebidas alcohólicas, no fumo, me alimento muy bien, duermo bien. (…) Tengo mi familia, que es mi mayor seguridad. Creo que esos son factores importantes para llegar a la edad que llegué y aún seguir jugando en alto nivel», explicó el futbolista del Palmeiras las claves de su «longevidad» en entrevista con dpa.
Después de triunfar en Europa, el veterano jugador está afrontando su etapa final en el fútbol en el Palmeiras. En 2015 conquistó con el club paulista la Copa do Brasil, lo que le valió la clasificación a la Copa Libertadores, y además fue elegido el mejor lateral izquierdo del campeonato paulista.
El contrato con el club brasileño expira a fin de año, tras lo cual el ex internacional piensa poner fin a 22 años de carrera. «En julio cumplo 42 años. Todavía tengo un contrato hasta fin de año. Después de eso voy a terminar mi carrera», afirmó el lateral, posición a la que volvió en Palmeiras tras jugar durante años en el mediocampo.
Zé Roberto aseguró que lo que el avance de la edad le hizo perder en rapidez lo ganó en experiencia, por lo que está seguro que podría volver a jugar sin inconvenientes en la Bundesliga, en la que triunfó en el Bayern Múnich en sus dos etapas (2002-2006 y 2007-2009).
«Yo ya no tengo la rapidez que tenía hace 20 años atrás. Ahora, por la edad, cuando uno va a la cancha no usa tanto la rapidez, sino la experiencia», indicó a dpa.
«Si a los 41 años, casi 42, yo todavía juego como lateral izquierdo, que es una posición que exige más del jugador, al nivel que juego hoy podría jugar, sin ninguna duda, en la Bundesliga. Sin ningún problema», afirmó.
El ex internacional brasileño, subcampeón de mundo en 1998, señaló que también fue importante no haber tenido «ninguna lesión grave».
«La más grave fue cuando yo todavía estaba jugando en Alemania. Fue una lesión en el tendón. (…) Y lo máximo que estuve sin jugar fueron dos meses y medio en el Hamburgo», recordó Zé Roberto.
También su conocida y profunda religiosidad es un pilar, a su entender, que lo sostiene en los momentos difíciles.
«Creo que la fe es importante porque puede darte fuerza en momentos difíciles. El fútbol es algo dinámico: a veces uno gana, otras uno pierde, y dependiendo del club en el que uno juega puede haber mucha presión», afirmó a dpa.
«La fe puede darte refugio, tranquilidad, seguridad. (…) Yo creo que eso en mi vida funciona y es algo muy importante», enfatizó.
Aunque sus máximos triunfos fueron logrados en Alemania, sus recuerdos más fuertes están vinculados a la selección de su país, con la que disputó los Mundiales de Francia 1998 y Alemania 2006 y ganó dos Copas América y dos Copas Confederaciones.
«El mejor partido de mi vida, sin duda, fue en el Mundial de 2006, cuando Brasil le ganó 3-0 a Ghana y yo hice el tercer gol. Ese partido va a quedar marcado para siempre en mi carrera, porque participé en un partido mundial, hice un gol y después fui elegido el mejor jugador del partido», recordó.
«Una gran decepción de mi carrera fue no haber sido convocado para el Mundial de 2002. Yo había hecho una buena temporada en 2001, pero el técnico (Luis Felipe Scolari) no me convocó», lamentó.
Por otra parte, el peor recuerdo que tiene de un entrenador está en el Bayern. Se trata de Felix Magath, quien lo dirigió con «dureza» en el club con el que se alzó con cuatro Bundesligas, cuatro Copas alemanas y dos copas de la Liga alemana.
«Fue el entrenador más duro que me tocó en los entrenamientos. Con él era todo muy intenso, teníamos que hacer movimientos que yo nunca pensé que un día tendría que hacer en fútbol. Son entrenamientos que exigen mucho y a veces incluso pasan un poco el límite», evaluó.
Aún después de retirarse, Alemania, país en el que nacieron sus tres hijos y en el que se consagró entre los mejores centrocampistas del mundo; y el fútbol, actividad a la que dedicó su vida, continúan presentes y vinculados entre sí en su horizonte.
«Creo que puedo volver un día a Alemania, incluso porque tengo una identificación muy fuerte con ese país, mis tres hijos nacieron en Alemania y yo tengo pasaporte alemán. Así que pienso en un futuro volver a Alemania, donde dejé muchos amigos y seguramente pueda darle continuidad allá a todo lo que conquisté y aprendí allí», reveló.
«Entrenador por ahora no tengo ganas de ser, porque en realidad es la misma vida del jugador pero con mucha más presión. Pero no descartaría ser ‘manager’, conducir la carrera de jugadores, y de repente tener contactos en Brasil para hacer intercambios. Esa sería una posibilidad», agregó.
Lo que lo aleja de su Brasil natal y lo acerca a Alemania, además de los motivos citados, es que el país europeo, a su entender, es más seguro que su país de origen.
«(Lo mejor de Alemania) es la seguridad que el país te da. Cuando uno tiene familia, hijos, creo que la seguridad es muy importante. Poder salir de tu casa, subirte a tu auto e ir a trabajar o hacer lo que tengas que hacer y estar seguro de que no tienes que preocuparte con asaltos o cualquier otra cosa que pueda sucederte a ti o tu familia.
La seguridad es lo que más extraño de Alemania», confesó.