Por Andrea Hernández (Chile) – Periodista Joven AIPS América
LIMA, Perú, 8 de agosto de 2019.- La preparación de Felipe Peñaloza y Antonio Cabrera estuvo marcada por una fuerte polémica. Cuando estaban en el Aeropuerto de Medellin el pasado 29 de junio, pensando en La Ceja como su próximo destino, la policía colombiana les hizo un control de identidad. Un supuesto hallazgo de testosterona en sus bolsos, publicado en un informe por La Tercera, caldeó el entusiasmo de ambos por asistir a los Panamericanos de Lima. Cita que les dio el oro en la Madison y el bronce en persecución por equipos masculino, y nuevamente la de bronce a Peñaloza en ómnium.

«Con esto me voy satisfecho, en América no hay más techo que esto, me voy conforme, con una prueba que venimos preparando hace dos años con Antonio», señaló Peñaloza emocionado y con su bigote, al más puro estilo de Freddie Mercury, una vez que se ratificó su podio y celebró con la bandera chilena en la espalda.
El control de identidad realizado semanas antes por la policía colombiana contempló el registro de bolsos y bicicletas. De acuerdo con el informe, en las pertenencias de los deportistas se habría encontrado souchets de testosterona, y clonazepam o rabotril. “Me contactan y me dicen ‘¿qué hacemos?’. Como yo conozco a Antonio, me decía que ellos no llevaban testosterona, lo que llevaban era rabotril y efectivamente, porque sufre de ataques de ansiedad y tiene la prescripción médica”, explica el abogado de los deportistas y ex fiscal del Ministerio Público, Néstor Gómez.
A lo que agregó que “el presidente del Comité Olímpico Colombiano dijo que nunca habían llevado sustancias prohibidas, y el presidente de la Comisión Chilena Antidopaje dice que en contra de Antonio Cabrera y Felipe Peñaloza no hay ningún procedimiento por dopaje iniciado”, destacó el abogado de los ciclistas.
Una polémica que por lo demás apareció en un momento dramático de la Federación Ciclista de Chile, recientemente desafiliada por el Comité Olímpico Chileno (COCH) por múltiples irregularidades denunciadas por los propios ciclistas, entre ellos el caso de Paola Muñoz, quien luego de haber asegurado su cupo a Lima 2019, notó que no fue incluida en el listado de deportistas que participarían de la instancia panamericana. De acuerdo a sus declaraciones, entregadas semanas antes del inicio de los Panamericanos, “el vicepresidente Sirinio Saavedra había utilizado su cargo para otorgarle el cupo a una novia de un corredor, seleccionado nacional”. Su cupo fue entregado a la ciclista Anany Muñoz, quien finalizó octava en la prueba de Keirin.
A raíz de lo acontecido en Colombia, se abrió una investigación que pretendía, en primer lugar, permitir que la dupla participara en Lima 2019; y en segundo, que se aprobara un recurso de protección en contra del medio escrito chileno por la vulneración de garantías al publicar el informe. Hasta el día de hoy, la investigación sigue en curso y los controles por doping, limpios.