Por Antonio Sevila Hidalgo – asevilahidalgo@gmail.com
LA HABANA, Cuba, 2 de mayo de 2018.- Primero de mayo, día internacional del trabajador y excelente fecha para anunciar el cierre del postgrado de Periodismo Deportivo, cuya sede fue el Instituto de Periodismo Internacional José Martí. Durante 10 días fueron impartidas conferencias sobre diferentes temas, que interesan a quienes hacen periodismo deportivo en este tiempo, y todo el conocimiento adquirido por los oyentes fue mostrado en un trabajo final que sirvió como cierre académico del curso.
La última jornada de clases estuvo marcada por la minuciosa observación de profesores y tutorados sobre la creatividad utilizada para innovar, ser diferentes e impactar en el mundo periodístico actual. Entre proyectos venideros anduvo el hilo de las exposiciones y algunas fueron de impacto. Se presentó la idea de una red de colaboración con todos los cursantes de este diplomado en sus 13 años de historia, también un resumen de lo acontecido en los días de clase tuvo protagonismo, pero, sin dudas, lo que marcó un hito ese día, fue la idea presentada por un equipo de trabajo integrado únicamente por miembros del mal llamado sexo débil. La idea, aplaudida y respaldada desde ese momento por todos, es crear un espacio para las mujeres periodistas en el sitio oficial de la AIPS América. Idea nueva y fresca, para romper fronteras de género y barreras de pensamiento y, sobre todo, con la idea de que las mujeres no se escudan en la consigna de la igualdad, sino que luchan por la equidad de oportunidades y opciones. En el cierre del día se entregaron los reconocimientos, que para los estudiantes, más que decir que aprobaron el curso de forma exitosa, significa un vínculo indisoluble con todos, alumnos, profesores, trabajadores del centro y José Martí, no solo por llevar su nombre el instituto sino porque estuvo presente en las enseñanzas, mezclado con innovación y ética.
Pero, ese no fue el cierre del encuentro de unos jóvenes, cuyo pretexto fue el aprendizaje. Continuó durante algunos días el constante intercambio fuera de las notas de clase, el aprendizaje de las realidades de varios países de nuestra América, el aprendizaje de cómo enfrentar algunos problemas de la vida a los que no teníamos solución y sobre todo, adquirir la sabiduría de que el techo es el cielo. Cómo gotas de rocío que caen de una hoja al amanecer, fueron partiendo hacia diferentes latitudes los integrantes de una familia que perdurará en el tiempo. Chile, Camagüey, México, Paraguay, Nicaragua, Santiago de Cuba, Argentina, Colombia, Villa Clara y por último Uruguay, fueron los destinos finales de gran parte del grupo. Sonrisas y abrazos interminables marcaban cada partida, promesas de encontrarse una vez más fueron hechas por todos o casi todos y el deseo insuperable de repetir el encuentro quedó en el corazón del grupo.
Hasta que todos estuvieron en casa, no se pudo decir que el intercambio había culminado, era responsabilidad de cada uno ayudar como podía, aun cuando varios husos horarios los separara. Con la llegada de la uruguaYa a su tierra natal, podemos decir que oficialmente ha terminado esta décimo tercera edición del postgrado de Periodismo Deportivo.
Es imperioso agradecer a todos los que de una forma u otra hicieron posible la realización este evento. Desde la señora que amablemente atendía a todos con la merienda, los trabajadores del centro de hospedamiento, los excelente profesores que dieron las conferencias y regalaron parte de su tiempo a los estudiantes, hasta la AIPS América que brindó las becas a quienes no podían costearse la asistencia al curso. Es necesario agradecer al Instituto de Periodismo Internacional José Martí, por ser la casa de este evento y por todas las gestiones realizadas para conocer más sobre las realidades de América y el periodismo actual.
Ahora queda el compromiso de aplicar lo aprendido en el día a día, de tener mente abierta e innovar como lo han hecho otros, de ir más allá de la simple crónica de un partido y comenzar a contar historias, de ser éticos en cada momento y sobre todo, de ser mejores profesionales. Llega el último out de este curso, el último minuto o la última escalada, pero no el último adiós para la familia que se ha creado. A pesar de las distancias que separan a muchos, estaremos unidos por siempre, por una historia, un estrechón de manos o un pequeño gesto. Creo que no hay mejor manera de culminar, que parafraseando al apóstol de Cuba, José Martí, para describir la unidad de este grupo que se va y a pesar de la distancia, andaremos en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.